Despojándonos de lo que no sirve: “La autosuficiencia”

Semana 1 - Día 5: 
Cuando Dios llevó al pueblo por el desierto de Sucot tenía la clara intención de purificarlo, de demostrarle a cada uno que Él era todo lo que el pueblo necesitaba y suficiente proveedor de cada necesidad; y es por eso que en este desierto es necesario comprender que el Señor desea limpiarnos de todo lo que se posiciona en Su lugar.
Proverbios 3:5-6 dice: "Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas".
Si pensamos que confiar en nuestra capacidad es una gran garantía, estamos equivocados. Dios nos dice que con el corazón confiemos ante todo en Él. Esto es lo que para Dios es sensato y cuerdo.
¿Cómo un simple mortal puede tener más confianza en sí mismo que en el Dios creador de todo? No confiemos que con nuestra sola habilidad podremos vencerlo todo, porque, si Dios no nos respalda, nuestras habilidades o autoconfianza puede resultar en una gran frustración como muchas veces nos ha pasado.

El versículo 6 dice: "Reconócelo en todos tus caminos". Reconocer es dar a Dios su lugar debido como nuestro guía y ayuda suprema. Reconócelo en todo lo que hagas y emprendas, confía en su ayuda protectora y en su sanidad completa (ya sea física o emocional), reconócelo en todas tus actividades y dale toda la gloria al que vive para siempre; y luego, Él se encargará de enderezar y allanar el camino que tenemos por delante para que nos sean más fáciles y sencillas las cosas. Allanar significa que Dios nos quitará obstáculos y complicaciones en la vida.

Versículos 7 y 8: "No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser”. 
Nuestro punto de vista es muchas veces muy limitado y solo juzgamos desde nuestra pequeña perspectiva de las cosas. Por eso, antes que confiar en nuestra propia astucia, debemos reconocer que nos podemos equivocar, y que debemos ser humildes; esto es aprender a cerrar la boca y no juzgar.

Temer a Dios es hacer lo que le agrada, seguir sus consejos y huir de las tentaciones y la maldad. Esto añade una promesa maravillosa: "Infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser". ¿Quieres salud, quieres fortaleza interior? El cuerpo recibirá una salud inusual y una energía sobrenatural cuando somos sumisos a Dios, humildes con nuestra opinión y andamos en los caminos de nuestro Padre celestial.

Ora ahora mismo a tu Padre Celestial y renuncia a la autosuficienciareconócelo en todos tus caminos (o sea, en cada aspecto, actividad, compromiso), diciéndole que deseas depender de Él y Su Palabra. Dale el lugar para que dirija tus pasos. ¡Dios te bendiga grandemente!

Pra. Marina Feuershvenger