DEVOCIONAL DE HOY - Sábado 5
1 Corintios 4:1-2: “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.”
Debemos aprender lo siguiente: Dios es dueño de todas las cosas por doble derecho:
1) de creación y
2) de redención en Cristo Jesús.
Ahora bien, somos administradores de todo lo creado… de Su gracia, Sus dones, Sus misterios; por otra parte, Dios no cede Su derecho de dueño… y, como dueño, también audita, es decir que pide cuentas de todo lo que estamos haciendo… por eso es necesario ser buenos administradores.
Para ser buenos administradores debemos conocer con que recursos contamos, cuales son y para que me fueron entregados; y ordenarlos para que produzcan beneficio deseados y esperados… porque podemos tener los mejores recursos y utilizarlos mal. Y, por último, debemos considerar la creatividad y sabiduría para invertir esos recursos… muchas veces la tradición o la forma en que siempre realizábamos las cosas, nos limitaba para lo novedoso o la perfección en todas las áreas.
Un buen administrador de los recursos que Dios nos entregó se relaciona directamente con cuanta fe hayamos desarrollado, porque la fe te hace ver el resultado esperado y por lo tanto te insta a que te prepares hoy para ese resultado. Un buen administrador debe ser un hombre o mujer de fe y de acción en la visión entregada; por eso se prepara, estima resultados, trabaja para lograrlo, chequea cada paso y obtiene finalmente el resultado esperado.
Es el tiempo de darnos cuenta que tenemos recursos invaluables en nuestras manos; debemos contabilizar nuestra vida a nivel personal, familiar, congregacional, las habilidades y los dones que poseemos, toda la palabra recibida y hacer de toda esta visión una realidad.
Declaración de hoy:
“Es el momento de evaluar y estimar mi vida, y darme cuenta que tengo todo lo necesario para alcanzar las metas propuestas; la fe me proyecta para el mañana, hoy voy a prepararme, a planificar, a contabilizar todo lo que tengo en mis manos. Declaro que soy un excelente administrador de todos los dones, ideas y sueños; soy un portador de una visión sin límite que abarca todas mis generaciones, por lo tanto prepararé una plataforma para ellos, y me extenderé a través de ellos”. Amen.
Acción del día:
1.- Has una lista con las siguientes cosas: ¿Con que recursos cuentas (incluye aquí no solamente los económicos, sino también tus habilidades, tus talentos, tus bienes personales, etc.?, ¿Cuáles has utilizado?, ¿Cuáles no has utilizado? Contabiliza todos tus recursos, tanto materiales como espirituales, personales y familiares. Esto te puede llevar un buen rato, pero aprovecha el fin de semana para hacerlo. Es importante para lo que viene, a partir de ahora, sobre tu vida.
2.- Aplica creatividad para maximizar tu potencial y utilizar los recursos que no has empleado hasta hoy. La sugerencia es que, al lado de cada recurso que anotaste, escribas también cómo se te ocurre que puedes usarlo en beneficio del Reino de Dios. Si no sabes cómo, pide ayuda a tu líder para comenzar a aplicar tus recursos al Reino de Dios y Su obra. Toma esta tarea muy en serio, ya que Dios ha planeado grandes cosas para ti… ¡y lo va a hacer con lo que ya puso dentro tuyo!