DEVOCIONAL DE HOY - Viernes 18
Mateo 3:17 “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia”.
Juan 1:12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.
Una de las grandes verdades que debe ser revelada a nuestra vida y que nos permite caminar en autoridad, libertad y responsabilidad, es el hecho de ser “hijos de Dios”, porque podemos ser dueños de todo lo del Padre y vivir como un esclavo (Gálatas 4:1); y podemos vivir en la casa del Padre y sentirnos siervos y no hijos, o comportarnos como hijos ilegítimos por cuanto no administramos ni funcionamos responsablemente en Sus recursos... ni los disfrutamos (Lucas 15:11-32). Ser un hijo de Dios es una acreditación divina para manifestar todo Su poder y potestad, pero que al mismo tiempo nos permite conocer el corazón de amor del Padre.
Los resultados de caminar como hijos legales de Dios son los siguientes:
1) Se manifiesta la naturaleza divina; es la naturaleza del nuevo hombre que no sufre condenación; es libre del poder del pecado, tiene una vida de fe, y el fruto del espíritu está presente.
2) Son guiados por el Espíritu Santo (Romanos 8:14); por lo tanto pueden ser instrumento de sanidad y milagros, así como pueden recibir la dirección clara del Espíritu para cualquier situación.
3) Pueden administrar la gracia, el poder, los dones y todo lo que viene de Dios; tienen el respaldo divino para manifestar al Padre en la tierra.
4) Pueden entrar con libertad a la presencia del Padre.
5) Todo lo del Padre les pertenece porque tienen herencia en Él.
Tu no eres cualquier cosa; antes de ser engendrado en el vientre de tu madre te encontrabas en Dios; fuiste una idea de Dios, y Él proveyó para ti un nivel de hijo, que es un nivel muy cercano de comunión. No se puede hacer la obra de Dios si primero no te identificas como hijo de Dios; entonces podrás decir: “en los negocios de mi Padre me conviene estar”, así podrás entender por qué se te fue entregado todo el dominio, el control y la autoridad sobre todo lo que le pertenece al Padre.
Ora como hijo, vive como hijo, piensa como hijo legítimo y maduro del Padre.
Declaración de hoy:
“Declaro que soy un hijo de Dios, que tengo Su naturaleza, Sus genes y le pertenezco a Él; por lo tanto tengo todo el respaldo para hacer Su obra; en ella tengo herencia y destino… por eso el Reino de Dios es mi gran negocio. Vivo como un hijo amado, todo me pertenece y puedo acercarme confiadamente a mi Padre de amor; pienso como hijo, hablo como hijo, veo lo que mi Padre ve, y amo todo lo que viene de Él”.
Acción del día:
1.- Ten un tiempo de meditación de cómo ha sido tu relación con Dios como Padre y pídele que se te revele como Padre para tu vida.
2.- Llama a tu padre biológico o espiritual y háblales sobre lo importante que ellos son para ti y bendícelos; ayúdalos en alguna tarea, hazle un regalo, comparte tiempo con ellos.