DEVOCIONAL DE HOY - Jueves 10
Mateo 9:36 “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor”.
Marcos 8:2 “Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer;”.
Mateo 14:14 “Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos”.
Lucas10:33-35 “Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole fue movido a misericordia, y acercándose vendó sus heridas, echándole aceite y vino; y poniéndole en la cabalgadura lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día, al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero y le dijo: Cuídamele y todo lo que gaste de más, yo te lo pagaré cuando regrese”
Para pastorear multitudes y mantener la pasión encendida en nuestras vidas es necesario mantener activado el poder de la compasión; compasión es igual a misericordia y es diferente a la lástima, aunque ambas estén relacionadas a la respuesta generada ante el dolor humano.
La segunda (lástima) observa el dolor y despierta un sentido de superioridad o de cierto alivio por no estar en la misma posición. Lo que se ofrece para mitigarlo es lo mínimo necesario, y en muchos casos resulta ser una molestia… termina alimentando el ego del que ayudó.
Mientras que la compasión es la carga del espíritu que hace que se tome el peso del otro, de manera que provoca que la acción sea lo suficiente como para producir un alivio y una completa solución al problema, no importando cuanto nos cueste… ejemplo de esto es la parábola del Samaritano.
La compasión activada genera en nuestras vidas:
1) Sensibilidad al dolor humano; se percibe el amor de Dios y el intenso deseo de su cuidado.
2) La persona se percibe como una salvadora ante la situación de dolor; una oportunidad que se le presenta para mostrar el amor de Dios que está en su vida; no piensa en que lo solucione otro, sino que se plantea una pregunta personal: “¿Qué puedo hacer?”, y se convierte en una respuesta afirmativa ante la situación.
3) La compasión activa lo sobrenatural, te lleva a hacer cosas aún más allá de las posibilidades físicas, humanas y hasta financieras. Las oraciones que llevan una carga de compasión por la ciudad, por tu familia, por un amigo despiertan el corazón de amor del Señor.
4) La compasión no tiene medida. Por compasión Jesús sanó, alimentó a miles, liberó endemoniados; provocaba la crítica de los religiosos legalistas, se levantaba de madrugada, trabajaba incansablemente, recorría pueblos y aldeas, visitaba hogares; por compasión se vio como la respuesta a la necesidad humana y se convirtió en el Salvador; por compasión llevó nuestros pecados.
5) Cuando nos movemos en compasión solo miramos el resultado final, no todo lo que tenemos que invertir; para ganar personas debemos movernos en compasión porque si no nos pesará el tiempo invertido, el dinero en llamadas y salidas.
6) Solo la compasión puede producir cambios, porque es una expresión del verdadero amor de Dios manifestado en acciones.
7) La compasión no busca la salvación por obras, ni alimentar la conciencia de buenas acciones, sino ver el poder de Dios manifestado en una persona y que la Gloria sea solo del Señor; por eso después que Jesús hacía los milagros todas las personas glorificaban a Dios.
8) La compasión no deshumaniza ni termina esclavizando al necesitado, sino que le devuelve la dignidad de ser personas creadas por Dios. No dudes cuando seas movido a compasión; el resultado siempre será ganancia para ti y para el Reino.
Declaración de hoy:
“Declaro que a partir de hoy estoy disponible para recibir la carga del espíritu y moverme en compasión; activo el poder de la compasión en mi vida, no me moveré sin ella, formaré las vidas, ayudaré a otros, oraré, consolidaré, veré a las personas a través del poder maravilloso de la compasión, ella me acerca a Dios y a las multitudes y es la señal de todos los enviados por el Señor, y yo soy uno de ellos”.
Acción del día:
1.- Hoy es un día para moverte en compasión, será un día de experiencia divina; usa de compasión con los más desvalidos, con los que menos tienen, con los olvidados, con los despreciados de esta sociedad, con el obrero que muchas veces es oprimido, con las viudas, con la mujer abandonada, dales una palabra de aliento, llévales comida si es necesario y si te es posible; háblales de Jesús salvador, sanador y restaurador, y ora por ellos.