DEVOCIONAL DE HOY - Jueves 17
2ª Reyes 2:19-21 “Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: he aquí, el lugar en donde está colocada esta ciudad es bueno, como mi señor ve; más las aguas son malas, y la tierra es estéril. Entonces él dijo: Tráiganme una vasija nueva, y pongan en ella sal, y dijo: Así ha dicho Jehová: Yo sané esta agua, y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad. Y fueron sanas las aguas hasta hoy, conforme a la palabra que habló Eliseo”.
Romanos 8:19-22 “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora.
Dios nos ha dado el poder de transformar pueblos y naciones, con el trabajo que se realiza en una casa a través de un Grupo de Crecimiento o con una persona. Eliseo soltó la palabra a una tierra estéril, pero el problema no era la tierra sino las aguas; aquí aguas se refiere a la palabra, por lo tanto el problema era la falta de revelación de la palabra y por ende lo que alimentaba la tierra la mantenía en esterilidad.
Cuando se habla mal de la tierra, se maldice; existen pactos ancestrales que ataron la tierra a la pobreza, la miseria, la escasez; palabras que atan las ciudades y los pueblos le causan esterilidad, y provocan que la tierra aborte a los hombres; por eso Eliseo usó la sal que es símbolo de purificación; es la acción del lavamiento que produce la palabra profética y apostólica revelada que rompe toda atadura y sana la tierra.
La visión de Dios te hace un hombre o mujer para la tierra, quita toda mentalidad escapista y te muestra que esta tierra es nuestra herencia y posesión. Es necesario liberar la tierra con la autoridad que Dios nos ha dado, bendecirla, hacer actos proféticos que corten cadenas, hablarle vida; ella reconoce a los hijos de Dios que la bendicen y le mostrará sus tesoros escondidos.
Dios nos creó como señores de la tierra, ella está bajo nuestro cuidado, por lo tanto, ella reconoce autoridad y se sujeta a un hombre o mujer de propósito; escucha la voz de la tierra, hay una parte de la tierra en nosotros porque Dios tomó de ella para crearnos como hombres o mujeres; se un libertador de tu tierra.
Declaración de hoy:
“Esta tierra es mi herencia, Dios me ha plantado en ella, recibo sus tesoros y bendiciones, declaro que es tierra de gracia y abundancia, se sana toda dolencia e improductividad de ella y de sus hijos; decreto liberación a sus aires, se corta toda maldad y derramamiento de sangre en sus calles; la ciudad y sus habitantes se visten de paz y de hermosura, y sirven a Dios y a sus hijos. Amén”.
Acción del día:
1.- Hoy es un día para liberar nuestra tierra de maldiciones y palabras con las que la han atado. Pon tus manos en la tierra, bendícela, háblale palabras de amor y cuidado.
2.- Comprométete en ser un cuidador de la tierra y renunciar al desinterés por su cuidado. Comprométete en no dañarla, arrojando basura en lugares impropios, o soltando maldiciones sobre ella.
3.- Tómate tiempo hoy para bendecir la tierra en la que habitas.