Confesión, meditación y visualización

DEVOCIONAL DE HOY - Sábado 19

Josué 1:8: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.

Isaías 28:7 “…erraron en la visión, tropezaron en el juicio”.
Habacuc 2:2 “…Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.”

Génesis 15:5 “Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.”

Hay tres aspectos que debemos practicar si queremos ver realizada la visión de Dios para nuestras vidas: la confesión, la meditación y la visualización.

La CONFESIÓN es prestar tu boca para repetir los dichos de Dios; las palabras tienen poder y son vida o muerte… en esto radica el poder de la palabra de Dios confesada, tiene el poder de dar vida y tanto tu como todo alrededor cambia cuando se confiesa la palabra; la confesión te hace crecer en fe, recuerda a Dios Su palabra, crea un futuro para ti, limpia los aires, rompe todo tropiezo, genera grandes bendiciones. Por eso Dios nos insta a que Su palabra esté en nuestra boca y en nuestro corazón.

La MEDITACIÓN es detenerte y profundizar en revelación una palabra dada por Dios. Da lugar a que el Espíritu de Dios pueda escudriñar en ti con esa palabra; es con oración. Lo grandioso de la meditación es que fortalece tu espíritu, desata paz y seguridad, y esa palabra se ancla a tu vida. Así podremos ser uno con la palabra.

La VISUALIZACIÓN es el monitor celestial, es la habilidad del espíritu del hombre de ver el futuro a través de la imaginación y la creatividad dada por Dios; la palabra nos enseña en Joel 2:28 que “los ancianos soñarían sueños y nuestros jóvenes verían visiones”; cuando nos encontramos con el propósito de Dios nuestra visión pasa de ser netamente sensorial a ser la visión del espíritu; de depender de nuestros sentidos a depender de la vida espiritual; por eso la palabra dice en Lucas 11:34: “la lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas”, porque la visión que se tenga determina el curso de la vida.

Es importante creer en cada palabra dada por Dios, pero al verlo podemos confirmarlo y retenerlo como una imagen en nuestro interior, y será mucho más fácil meditarlo y confesarlo. Por eso la maldad levanta ídolos que son imágenes sin valor pero que buscan interferir con las imágenes que Dios nos dará a través de la visualización.

Declaración de hoy:
“Padre Celestial, hoy confieso que he sido llamado para ser parte de este mover de crecimiento para esta nación; puedo ver las multitudes y a mí siendo parte de ellas; cada día tu palabra se profundiza en mi y trilla como el buey, muy adentro; y hace que tu visión se despierte para que yo vea el propósito cumplido; lo confieso, medito y lo veo”.

Acción del día:
1.- Haga este ejercicio: cierra tus ojos y mírate visitando casas… o mírate en tu grupo de crecimiento el día de tu cosecha espiritual rodeado de cada una de las personas que invitaste; mírate ministrando la Palabra en el poder del espíritu, y señales y milagros ocurriendo por tus manos en ese lugar.

2.-Haz una oración profética donde confieses lo que ves, y confirma la buena palabra de victoria para ese día.

3.- Propónte hoy mantenerte firme en el estudio y la meditación de la Palabra. En ella está tu vida.