DEVOCIONAL DE HOY - Lunes 31
Juan 12:24-28 “De cierto, de cierto les digo, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Si alguno me sirve, sígame, y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará. Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Pero para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado y lo glorificaré otra vez.
La palabra quebrantamiento viene de la acción de quebrar, partir, romper. El quebrantamiento es un proceso fundamental y decisivo en toda persona llamada a ganar; y se constituye en una urgente necesidad para el cumplimiento del propósito. Lo de Dios comienza en el espíritu, traspasa el alma y domina el cuerpo. Por eso el verdadero quebrantamiento permite que lo sobrenatural, muchas veces reprimido, pueda salir; el no vivir un profundo quebrantamiento se puede manifestar en áreas contrarias a la visión y al propósito, como por ejemplo, el uso de la trampa, el engaño, la mentira, dureza de corazón, etc.
La falta de quebrantamiento impide los frutos y la multiplicación del discípulo, por más que Dios quiera obrar y tenga un llamado sobrenatural. Jesús lo expresó “el grano de trigo debe morir y así producirá mucho fruto”… y de los versos leídos también podemos extraer lo siguiente:
1) un discípulo quebrantado no vive para deleitar su vida; ha muerto a su yo y vive para Dios;
2) un discípulo quebrantado sigue la voz de Dios sin cuestionar nada;
3) un discípulo quebrantado es un servidor incondicional;
4) a un discípulo quebrantado Dios le honrará y lo glorificará.
Jesús nos demostró que fue después de Su quebrantamiento con muerte y resurrección que se dio Su gran fructificación en la tierra. Por eso, la ley sobrenatural del quebrantamiento profundo es el único camino para un discípulo que quiera ganar multitudes.
Declaración de hoy:
“Hoy quebranto, en el nombre de Jesucristo, el poder del yo en mi vida; en mi interior se produce una profunda liberación de mi ser espiritual… a partir de este momento no vivo para deleitar mi alma, el conocimiento o el intelecto, sino que vivo para cumplir el propósito de Dios en la tierra. Por eso oigo la voz de Dios y la obedezco y estoy preparado para ganar multitudes; por eso llevo frutos y muchos frutos”. Amen.
Acción de hoy:
1.- Esta es una semana clave para tu cosecha. Prepárate con tiempo, y mantente en oración.
2.- Llama hoy mismo a las personas que quieres ganar en tu cosecha, y contacta una cita para visitarlos y llevarles tu invitación para una reunión de tu Grupo de Crecimiento o para una reunión de celebración en tu iglesia.