Fructificad...

DEVOCIONAL DE HOY - Sábado 29

Génesis 30:1 “Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero”
Génesis 30:22-23 “Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos. Y concibió, y dio a luz un hijo, y dijo: Dios ha quitado mi afrenta;”
Fructificar es lo normal en el Reino de Dios. Por eso, “dame hijos” es el clamor normal de alguien que sabe que es el propósito de Dios en la tierra, de un discípulo de Cristo que no es del montón y no acepta la mediocridad para su vida; es el anhelo profundo de todo aquel que quiere pasar a otro nivel.

Raquel reconocía que la esterilidad no era para ella. Ella entró en un profundo deseo por tener hijos, marcado por pasión e intimidad con Dios.

Si no has visto los resultados esperados, no te desanimes sino profundiza tu deseo de ganar… actúa con mayor pasión y firmeza, e intima con la persona del Espíritu Santo… esta es la combinación perfecta. El Espíritu Santo junto a toda la palabra de fructificación trabajarán en tu vientre espiritual. ¡Es imposible que no fructifiques y te multipliques!

Declaración de hoy: 
“Dios nunca me llamó para la esterilidad, ni para tener una vida infructífera; hoy la quebranto con el poder creativo de la Palabra de Dios que produce en mi toda clase de frutos. Por eso sé que toda esta palabra revelada en mi vientre generará crecimiento, posesión y expansión para mi vida y mis generaciones; declaro que estoy a punto de parir mi milagro, que me multiplicaré en otros, y mi vida se extenderá a través de ellos, y todo lo que toquen mis manos fructificará”

Acción del día: 
1.- Hoy te proponemos un acto profético que represente tu determinación hacia la fructificación: compra una planta, o plántala tu… ponle un cartel que diga: “árbol de la fructificación y la multiplicación”. Cada vez que lo veas recordarás que la esterilidad no es para ti, y que eres una persona fructífera.

2.- Mira tus manos; son punto de contacto para la fructificación. Este es el día de tocar todo lo que no ha dado fruto, por ejemplo, proféticamente pon tus manos sobre tu lugar de trabajo y declara palabra de multiplicación, aumento y fructificación; en tu cartera o monedero, tu chequera, tus cuentas bancarias, tu cocina, tus hijos, tu esposo/a, tu negocio, tus discípulos, tus proyectos, y confiesa la buena palabra de fructificación.