Un nuevo pacto

DEVOCIONAL DEL DÍA - Jueves 27

Génesis 17:7-11 “Y estableceré mi pacto entre mi y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo….y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras…”
Gálatas 3:15-17 “…Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado nadie lo invalida, ni le añade… a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente…la cual es Cristo. Esto, pues, digo: el pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo”.

La palabra pacto se refiere a una alianza o un convenio. Desde Génesis encontramos a Dios haciendo alianza con el hombre… Adán falló pero el pacto no se invalidó, sino que Dios buscó una nueva simiente y un nuevo hombre para pactar, el nuevo hombre hecho a través de Jesucristo. A través de Él, todas las promesas y beneficios del pacto se adjudican a nuestro favor.

Dios levanta nuevamente al hombre a su nivel para pactar y negociar con él. El pacto, aunque establecido, hay que activarlo y sustentarlo con acciones de fe. De aquí la importancia de las acciones proféticas, acciones de fe… Esas acciones activan respuestas sobrenaturales y milagrosas.

Muchas veces, esas acciones tienen que ver con ofrendas. Abrahám, en Génesis 15: 8-10, le preguntó a Dios como aseguraba la palabra, y Dios le pidió una ofrenda. A Manóa en Jueces 13:2-19 se le aparece un ángel y le anuncia el nacimiento de su hijo de su mujer estéril, y él pidió al ángel que esperase hasta que le trajera una ofrenda de cabrito para atrapar esta palabra, y el ángel esperó. Cuando se estaba quemando el holocausto el ángel se metió entre las llamas y esto fue señal que recibió su ofrenda. Por eso debes recordar que tus ofrendas hablan de tu fe y activan las promesas de pacto a tu favor.

Declaración de hoy: 
“Soy un hombre (o una mujer) llamado(a) para ganar, prevalecer y vencer; hoy activo todas las palabras de pacto hechas por Dios a Abraham a través de Jesucristo; soy heredero(a) de esta tierra, camino como dueño de todas las cosas, por eso pienso en posesión, multiplicación, fructificación; miro mis manos y las veo llenas de toda clase de bienes; yo, y mis generaciones después de mí, disfrutarán de cada una de las promesas, las atrapo y me prendo de ellas porque soy un hombre (o una mujer) de fe, por eso mis ofrendas confirmarán a los cielos que estoy en el momento oportuno y en el lugar correcto para que mi milagro suceda”.