No se muevan hasta que...

DEVOCIONAL DE HOY – Martes 4
Jesús les dijo a sus discípulos: “Ustedes no se muevan de Jerusalén hasta que sean investidos del poder de lo alto” (Hechos 1:4)…
Necesitamos entender correctamente eso… Jesús les estaba diciendo: “Ustedes no podrán disfrutar de las dimensiones del Reino, porque todavía son ilegales, aunque han caminado conmigo estos 3 años” ¿Por qué? “Porque ustedes necesitan recibir el sello que los aprueba”.

Jesús les estaba diciendo: “Ustedes no pueden moverse hasta que no sean investidos, hasta que el Espíritu Eterno (Espíritu Santo) que me levantó a mí de los muertos, les penetre dentro de ustedes (los selle)” Efesios 1:13 dice: “ En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido”, porque de la misma manera que vivificó el cuerpo de Cristo, él también va a vivificar tu cuerpo. Si el Espíritu Eterno vive dentro de ti, te dará sabiduría y entendimiento, y todo lo que te parece hoy imposible va a ser posible para ti.

Debes entender que el Espíritu Eterno está dentro de ti, es el sello que demuestra que eres legal, que eres representante del Reino de los cielos. Por eso, cuando Pablo llegó a Efeso (Hechos 19) lo primero que hizo fue preguntarles a los “supuestos cristianos” que había allí si podían mostrarle el sello, la garantía de que eran hijos de Dios.

Debemos entender que estar lleno del Espíritu Santo no es una opción, es lo único que nos acredita legalmente para ministrar en el poder de Dios y esperar las grandes cosas del Señor.

¿Dónde está el Espíritu Eterno, el Espíritu de verdad hoy? Está dentro de ti (Juan 14:16-17).

Debemos entender que si ese Espíritu Eterno, el Espíritu Santo, está en nuestro espíritu, todo lo que es anti-vida, anti-Dios, va a ser separado de nosotros y seremos llevados a otra dimensión.

Debemos entender que si estamos gobernados por el Espíritu Santo, a donde vayamos vamos a ser dignos representantes del Reino de los cielos. No es cuestión de leer libros de Guerra Espiritual… tampoco de hacer cientos de cursos… esos cursos solo te convencen de la necesidad de estar lleno del Espíritu… pero no te otorgan legalidad espiritual para representar al Reino… Podrás exhibir un certificado como representante de algún Instituto Bíblico, o de alguna Escuela Profética, pero no eres representante legalmente autorizado del Reino de Dios, salvo que andes lleno del Espíritu Santo.

Cuando fluimos en la vida del Espíritu, nuestra alma viene a estar bajo el gobierno de Dios, nuestra mente estará bajo ese gobierno y la sabiduría del Espíritu; entonces el mismo Espíritu que vivificó a Cristo de entre los muertos vivificará también nuestras vidas. Si el Espíritu de aquel que levantó a Cristo de los muertos, vive en ti, tú también serás levantado del mismo infierno.

¿Cuál será el resultado? Lee Ezequiel 47:1-12…

• Sanidades poderosas en nuestra gente, en nuestras casas, en nuestras familias, en nuestros Grupos de Crecimiento (Vs.8)

• Cosecha abundante de vidas para el reino de Dios (Vs.9)

• Explosión financiera para todo el cuerpo de Cristo (Vs. 10)

• Gente próspera y firme en el reino de Dios.

“Por eso, tener gente del Reino llena del Espíritu Santo no es una opción, es vital para estos días desafiantes, determinantes, decisivos y acelerados”.

Declaración de hoy:
“Hoy declaro que, para mí, vivir lleno del Espíritu Santo no es una opción. He entendido que es una demanda de Dios y del mundo que me rodea, ya que la llenura del Espíritu me autoriza, me legaliza, a actuar en nombre del Reino de Dios. Por eso, me comprometo una vez más, a buscar ser lleno del Espíritu cada día de mi vida, sujetándome a Él con absoluta obediencia, y dejándome usar para Su gloria”.

Acción del día:
1) Ora fuertemente para que Dios te indique con claridad dónde te quiere sirviéndole en este tiempo. Pide al Padre que tus ojos sean abiertos, y tu mente renovada, para nunca equivocar el paso al buscar tu lugar de ministerio.

2) Insiste en la visitación de tus amigos a quienes quieres ganar para Cristo. Ora antes de salir, y no vayas con las manos vacías.