ADMINISTRANDO LA LIBERTAD

SEMANA 2 - DIA 11: 
Texto del día:
Gálatas 5:1: “Cristo en verdad nos ha liberado. Ahora asegúrense de permanecer libres y no se esclavicen de nuevo...”
Josué 1:5-7: “Nadie, pues, podrá hacerte frente en todos los días de tu vida, como estuve con Moisés estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé. Esfuérzate y se valiente… Solamente esfuérzate y se muy valiente…”

Enseñanza del día:
Vivir la verdadera libertad implica dejar la condición de esclavo (como el pueblo de Israel en Egipto), para asumir responsabilidad y administración como un ser libre (como el pueblo de Israel en la tierra prometida).

Hoy vamos a ver varios aspectos de la libertad a la que Cristo nos ha llamado:

1) La verdadera libertad implica más trabajo que la esclavitud. Aunque se nos libera para hacer aquello para lo que fuimos creados, esa libertad implica auto disciplina. Las restricciones deben ser auto-impuestas en función de llevar a cabo el propósito de Dios en mi, y llegar a la meta que persigo. Esto implica hacernos responsables de nuestra propia vida, decidir el destino a tomar y asumir sus consecuencias; en la libertad somos absolutamente responsables por nuestros actos, por lo que no podemos culpar a otros por nuestros fracasos o victorias. Santiago 2:12 dice: “en todo lo que digan y en todo lo que hagan, recuerden que serán juzgados por la ley que los hace libres”. El autocontrol y la autodisciplina son atributos de la libertad. Esto no se opone a ser conducidos por el Espíritu Santo, sino que, justamente cuando decidimos ser conducidos por Él, es cuando debemos asumir nuestros errores, nuestras rebeldías… Él nos hizo libres para que podamos seguirle… nada nos impide ir detrás de Él. Por eso, debemos ahora cuidar nuestros pasos para no desviarnos, ya que somos los únicos responsables de “caminar derecho”.

2) Libertad sin ley es anarquía, 1 Timoteo 1:8-11 dice: “Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; conociendo esto: que la ley no fue dada para los justos sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores…”; sin embargo, mientras menos responsables seamos, más leyes necesitamos. Por eso los niños necesitan más leyes y menos negociaciones. En la verdadera libertad debe haber obediencia a las leyes de Dios... la libertad es más difícil de aceptar y aplicar porque tiene que ver con “decisiones personales”. Proverbios 2:7-10 dice: “Él provee de sana sabiduría a los rectos: es escudo para los que caminan rectamente. Él es quien guarda las veredas del juicio y preserva el camino a sus santos. Entonces comprenderás qué es justicia, juicio y equidad, y todo buen camino…”.

3) No podemos calificar para vivir en libertad si no somos productivos. Dice Proverbios 28:19: “El que cultiva su tierra se saciará de pan, pero el que sigue a los ociosos se colmará de pobreza.”. Dios está llamando a hombres y mujeres como “Josué” a que vivan vidas productivas, libres y enfocadas en la administración. Para ser productivos hay que vivir responsablemente (por eso la libertad implica más responsabilidad que la esclavitud); para ser productivos hay que trabajar duro, tomar decisiones de cambios de estilo de vida, asumir responsabilidad sobre el uso de los recursos… eso nos hace alcanzar la productividad. Israel vivió en el desierto con una mentalidad de esclavo, de niños… por eso recibían el milagro (maná) del cielo… pero en la tierra prometida debieron asumir la responsabilidad que la libertad trae, y labrar la tierra. ¡Esto es así para nuestras vidas hoy!

Por eso, cuando Jesús se encontró con Bartimeo (el ciego) le preguntó si realmente quería recibir la vista… porque al recibir la vista, inmediatamente se hacía responsable de empezar a trabajar, y proveerse su propio sustento… Mientras era ciego, otro proveía su alimento, pero la “libertad de la ceguera” lo hizo responsable de conseguirse el pan diario…

Declaración de fe:
“Decido vivir la verdadera libertad a la que Cristo me ha llamado, por eso asumo toda la responsabilidad sobre mi vida, mi mundo interior y las decisiones que tome; me enfoco en la meta aunque esto implique trabajo, y vivo bajo el gobierno del Espíritu Santo que me da la sabiduría necesaria para administrarme sabiamente; por eso alcanzo la máxima productividad, porque maximizo los recursos que me fueron entregados y se multiplican en mis manos”.

Acción del día:
1.- Te proponemos hoy trabajar con tu ser interior; debes estar atento/a a cualquier comentario, manera de hablar, actitud asumida, pensamiento que demuestre que aún tu ser interior no está dominado por la vida del Espíritu; las contabilizarás y las anotarás en un papel; luego buscarás en la palabra de Dios un texto que te indique la forma correcta de pensar, actuar o vivir. Orarás repitiéndolo y diciéndotelo a ti mismo/a.

2.- Si quieres dar un paso más, entonces has un acto profético en tu casa, o en tu lugar de trabajo, o de estudio: ordena tu ámbito (sin culpar a nadie por el desorden que hasta ahora tenías)… eso será una señal de dejar la pasividad y las excusas, y asumir tu responsabilidad.