DEVOLVIÉNDOLE LA EMPRESA A DIOS

SEMANA 3 - DIA 15: 
Textos del día:
Romanos 12:2: “No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta”.

Lucas 5:4-6: “4 Cuando terminó de hablar, le dijo a Simón: —Ahora ve a las aguas más profundas y echa tus redes para pescar. 5 —Maestro —respondió Simón—, hemos trabajado mucho durante toda la noche y no hemos pescado nada; pero si tú lo dices, echaré las redes nuevamente. 6 Y esta vez las redes se llenaron de tantos peces, ¡que comenzaron a romperse!”

Enseñanza del día:
En el mundo se conocieron formas de pensamientos que dominaron la cultura y la forma de vida en las distintas épocas; una tenía que ver con “el poder militar”, otra con “el poder religioso”, y también con “el poder político”. Cada uno de estos poderes representó el espíritu dominante del siglo. Hoy por hoy, el poder que gobierna al mundo es “el poder económico”.

Si como iglesia no tenemos gobierno económico, en los próximos años se corre el peligro de ser una filosofía más; por eso Dios colocó dentro de cada uno de sus hijos la capacidad de poseer y conquistar las riquezas y ser una persona próspera.

Para esto tenemos que saber lo que Dios está hablando con respecto a este tema:

1) Prosperidad en Dios comienza cuando disciernes ¡donde está la cosa!; es decir, el negocio, la oportunidad. Ejemplo: Jesús les dijo a sus discípulos, tiren la red a la derecha (Juan 21:6); en Mateo 17:27 dijo: “…echa el anzuelo y toma el primer pez que saques, ábrele la boca y hallarás una moneda.”. Estos textos muestran, además, que la prosperidad no se alcanza solo por escuchar un buen mensaje sobre el tema… también hay una acción obediente que llevar a cabo.

2) La prosperidad se pelea en el terreno de la mente, más que en el terreno físico. Es necesario transformarnos en visionarios, porque ¡los hombres visionarios son hombres pensantes! Todo el evangelio busca gobernar la mente del hombre. Rom.12:2 dice: “Transfórmense por medio de la renovación de su entendimiento”. Jesús buscaba hacer pensar a las personas; por eso les hablaba en parábolas.

3) Cuando Dios pensó en prosperidad creó el trabajo, no el empleo. ¡Le dio a Adán un huerto para labrar! Eso es trabajo, responsabilidad… ¡Eso era suyo! El empleo, en cambio, vino por causa del pecado, que trajo cautividad y parálisis de pensamiento, parálisis de creatividad. La cautividad está representada por la situación del pueblo de Israel en Egipto; ahí tenían empleo, pero la tierra no era suya… no aportaban nada para su propia empresa… Otro se llenaba los bolsillos con su trabajo. Mientras vivamos pensando que el empleo es nuestra condición ideal, Dios no nos podrá sacar a la prosperidad, porque el empleo es ¡una cárcel de lujo!

4) Un empresario no busca gobernar sobre personas sino gobernar el producto. El producto que nosotros, hijos de Dios, posicionamos en el mercado es el mensaje del Reino; no es solo el de la cruz… la cruz reduce el círculo de alcance del producto, porque para muchos no es atractiva ya que representa dolor, traición, abandono, sufrimiento. El mensaje del Reino, mientras tanto, es amplio y útil para todos, por lo tanto tiene mayor capacidad de posicionarse. Debemos conocerlo y hablar por medio de él.

Declaración de fe:
“Hoy me abro a toda la palabra de prosperidad que me despierta para salir a la posesión; dentro de mi hay una persona creada para ser un/a empresario/a para el Reino; renuncio a la parálisis de pensamiento que nublaba mi manera de ver las finanzas; salgo de la esclavitud de este sistema que me crea cárceles de lujo pero que me hacen un improductivo generacional; me dispongo a la conquista de las finanzas. ¡El empleo no es para mi… trabajo y negocios es mi condición ideal!”

Acción del día:
1.- Esta semana consigue folletos evangelísticos... Invierte, compra algún libro en la oficina de la iglesia, o en alguna librería cristina, para regalarle a algún amigo.

2.- Anímate a compartir el bosquejo (que estás estudiando en tu Grupo de Crecimiento) con algún amigo, familiar, compañero de trabajo o de estudio... Las lecciones son muy fáciles, y tienen que ver con llevar evangelio a los pobres, y a los cautivos…

3.- Para ello, prepárate con tiempo, consigue el material que se está estudiando actualmente, estudia el tema y mantente en oración.

4.- El día de hoy llamarás a la persona que piensas ganar para Cristo, y establece una cita para visitarlo/a y llevarle una invitación.