Números 12:15: “El pueblo no se puso en marcha, hasta que Miriam se reintegró”
Como vemos en estos últimos párrafos del capítulo 12, la decadencia espiritual ocasionada por la murmuración pareciera nunca tocar fondo… Además de todo lo sufrido, ahora se menciona el estancamiento.
El pueblo tuvo que esperar el proceso de siete días de purificación de Miriam para moverse nuevamente… Es decir que cuando hay murmuración, como pueblo entramos en un tiempo de retraso del plan de Dios, no podemos avanzar (el capítulo siguiente ya nos habla de los enviados a explorar la tierra prometida); o sea que tampoco podemos conquistar territorio del enemigo por el estancamiento generalizado.
¿Será por eso que muchos planes, ideas, metas, programas, proyectos, etc., en las congregaciones nunca prosperan? Y más aún, teniendo una visión clara, una estrategia dada por Dios, una palabra específica que nos respalda, los objetivos pocas veces se cumplen, aunque pareciera que está todo dado para no fallar.
¿Por qué fallamos? ¿Estaremos haciendo algo mal?
Tal vez, en parte esta sea la respuesta: la murmuración estanca… estando a las puertas del gran desafío de la conquista, la marcha se detiene.
Y esto no solo tiene cumplimento en lo grupal sino también en lo personal. Existe mucha gente que siempre está en la misma posición. Otros crecen, se desarrollan, encuentran y trabajan su propósito en la vida y dan frutos, mientras los primeros todavía están en el mismo lugar por años.
Llegamos al último día de esta serie de doce desiertos, y cada uno de ellos nos mostró una nueva área que trabajar para encontrar la libertad definitiva, y conocer más del Dios que nos rescató.
Hoy quisiera que terminemos este devocional, agradeciendo a Dios por su revelación inspiradora sobre cada uno de los hermanos y hermanas que nos impartieron de lo suyo en Dios a nuestras vidas con cada escrito, anhelando que sigan recibiendo mucha más sabiduría y revelación… Y orando para que el Espíritu Santo nos convenza y trate con cada uno de nosotros, acerca de la necesidad de erradicar y combatir la murmuración con todas nuestras fuerzas, en nosotros primeramente y luego en la iglesia para no vivir más estancados.
Es probable que la tarea no sea fácil, pero te animo a que juntos lo intentemos…
Tomate ahora un tiempo para bendecir a personas específicas… Comienza con quienes te bendijeron, pero también incluye a otros, inclusive a tus enemigos… Dios te exaltará por eso.
¡¡El Señor te bendiga grandemente!!
Paulo Garay