Las arenas de la duda.

SEMANA 4 - DIA 5: 

En Éxodo 15:2 Moisés cantaba “El Señor es mi fuerza y mi cántico; él es mi salvación. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo enalteceré. “ V.11. . . . “¿Quién, Señor, se te compara en grandeza y santidad? Tú, hacedor de maravillas, nos impresionas con tus portentos”. . . V13. “Por tu gran amor guías al pueblo que has rescatado; por tu fuerza lo llevas a tu santa morada.”
María y el pueblo se unieron al canto de Moisés. Exaltaban al Señor por lo que había hecho, pero. . . . llegaron al lugar de las aguas amargas y entró el temor, la desesperanza, la duda.

¿Estás en una transición, hay dudas y temores por circunstancias fuera de tu alcance?. . . enfermedad. . . problemas de familia. . .

Te recuerdo que el versículo 13 dice que, por Su gran amor, Él nos guía; y que por Su fuerza, nos lleva a Su santa morada. 
Jesús, en Juan 16:33, dice. . . “en este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”.

Hay situaciones que escaparán a nuestras posibilidades de resolución. Pero a Él no se le escapa nada. Génesis 18:14 dice: “¿acaso hay algo imposible para el Señor?. . . .”

Lucas 1:37 declara “. . .porque para Dios no hay nada imposible”.

Aliméntate de la verdad porque ella te hará libre (Juan 8:32).

A Abraham le prometió un hijo con Sara. Entonces. . . . ¿Por qué tuvo un hijo con una esclava?. . . . 
Todos en algún momento nos encontramos con este personaje…. La duda.

Es importante que sepas que la prueba viene acompañada. . . . . son las tres”D”. . . . Duda, Desánimo y Desilusión. 
El antídoto para esta peste de las tres D es “una buena alimentación”. Desechar los frutos amargos y tomar la dulzura de la verdad.

Hebreos 11:1 dice: “la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve”.

1°Juan 5:4 dice: “esta es la victoria que vence al mundo. Nuestra fe”.

Salmo 37:3 dice: “confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón”.

Vamos…. ¡levántate!..... ¡Haz un acto profético!.... ¡sacúdete!. . . . Desde la cabeza hasta los pies. . .

Sácate esa peste que te ha invadido y declara: “LA DUDA, EL DESANIMO Y LA DESILUSION ESTAN BAJO MIS PIES”. Declaro como en Ezequiel 37:9 “. . . . ésto ordena el Señor omnipotente: ‘ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan’”

Toma el aliento de vida. Las arenas quedaron debajo de tus pies.

LEVANTA TUS MANOS AL CIELO Y DECLARA ¡SOY LIBRE! ¡EL SEÑOR ES MI FUERZA Y MI CÁNTICO!

Lili Bravo