TU LIBERTAD

Semana 6 - DIA 1: 
Hoy comenzamos con un nuevo desierto… Recordemos que, semana tras semana, estamos recorriendo los distintos desiertos por dónde atravesó Israel al salir de Egipto, con la intención de aprender las lecciones que, evidentemente, ellos no aprendieron…
Exodo16:1-3 dice que “Toda la comunidad israelita salió de Elim y llegó al desierto de Sin que está entre Elim y Sinaí. Era el día quince del mes segundo después de su salida de Egipto. Allí, en el desierto, todos ellos comenzaron a murmurar contra Moisés y Aarón. Y les decían: —¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allá nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos hasta llenarnos, pero ustedes nos han traído al desierto para matarnos de hambre a todos”.

Luego de 45 días de su partida de Egipto, el pueblo llegó al desierto de Sin. Para ese momento ya habían atravesado 5 desiertos y ¡experimentado la presencia y poder de Dios de manera extraordinaria! (la nube, la columna de fuego, el mar rojo que no solo se abre sino que se cierra librándolos de sus enemigos).
Pero ni bien llegan a Sin, el pueblo reclama a Moisés diciendo “Nos hubiéramos quedado en Egipto, allá estábamos mejor”…

El Pueblo no podía ver que estaba viviendo su liberación… no entendía que estaba dejando atrás una esclavitud de más de 400 años. El haber vivido tanto tiempo bajo un sistema opresor les impedía ver más allá de lo conocido.

Considera que es posible que tu entorno, tu estilo de vida, tus hábitos NO te permitan ver todo lo que Dios tiene para vos. Créele al Señor y avanza en su camino CONFIADO, aunque no puedas ver hacia donde te diriges.

El pueblo veía las maravillas de Dios pero deseaba volver a Egipto, sus corazones seguían cautivos. Permíteme decirte entonces que el simple hecho de conocer algo de Dios, no te hace plenamente libre. Cuando recibes a Jesús en tu corazón, la verdadera libertad viene sobre tu vida; pero, al igual que el pueblo de Israel es posible, que en determinadas área de tu vida aún te encuentres “en Egipto”. La palabra nos dice en Gálatas 5:1 “Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, mantengámonos firmes y no nos sometamos nuevamente al yugo de la esclavitud.”

El pueblo declara:“Allá nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos hasta llenarnos”; esto es como decir “y bueno, POR LO MENOS tengo que comer”. El enemigo es experto en darnos migajas y hacernos creer que con eso nos tenemos que saciar; pero Dios dice que nos prepara BANQUETE en presencia de nuestros enemigos (Sal 23:5).

¡Cómo nos cuesta salir de lo habitual, de lo conocido, de lo aparentemente seguro! Sé agradecido por lo que hoy tienes, pero NO te conformes con ello, Dios tiene más.

A los ojos de Israel el desierto era sinónimo de escasez, y Egipto sinónimo de provisión. Al igual que Israel, muchas veces nuestra esclavitud no nos permite ver con claridad, y el dicho popular “más vale malo conocido que bueno por conocer” es más real en nuestras vidas que las promesas de Dios.

Decide hoy caminar en libertad, de la mano de Jesús.
Permite que Jesús examine todas las áreas de tu vida y ora con un corazón sincero para que traiga libertad, tanto en lo espiritual como en lo material, en tus relaciones como en tus emociones.

Te animo a que lo hagas, la libertad no se conoce hasta que la vives, Dios quiere hacerte libre.

Por lo menos, levanta la voz este día, y di: “Dios, quiero Tu libertad”…

Rodrigo Ageitos