Semana 2 - Día 3:
En nuestro recorrido por la ruta que siguió el pueblo hebreo, saliendo de Egipto (su esclavitud), y rumbo a la Promesa, pasó por ETAM, que bien pudo (y debió) haber sido un lugar para ver la mano del Todopoderoso que los rescató de la esclavitud.
De la misma manera, hoy es tiempo de detenerse para ver y adorar al Dios de dioses, al gran “YO SOY”.
Para nosotros también, mis amados, es tiempo de detenernos en el intenso trajinar de cada día, y pasar momentos ante la majestuosidad de Aquel que nos creó, nos salvó, y nos ayuda cada día a vivir nuestros momentos de enfermedad, dolor, angustia, soledad, y también de alegría.
Al contemplarlo tenemos entonces muchas razones para adorarlo con todo nuestro ser, espíritu alma y cuerpo.
Al contemplarlo tenemos entonces muchas razones para adorarlo con todo nuestro ser, espíritu alma y cuerpo.
El profeta Isaías (40:31) nos dice: “Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas levantarán alas como las águilas, caminarán y no se cansarán; correrán, y no se fatigarán”.
Levanta hoy tus ojos al Altísimo… reconoce que, si estás vivo, es únicamente por Su decisión. Toma en este día un rato extra para contemplar a Dios. ¿Puedes proponértelo? ¿Podrás apartar 5 minutos, 10 minutos, 15 minutos más de lo que apartas regularmente para encontrarte con Él? Eso te llevará, con seguridad, a descubrir algo nuevo de Su tremenda Persona.
Querido hermano: ¡te bendigo con la expectativa de nuevas vivencias de adoración a nuestro Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo!
Si deseas, pega en tu muro esta versión personalizada de Isaías 40:31: “hoy tendré nuevas fuerzas, y levantaré alas como las águilas porque he esperado en mi Dios. Por eso mismo, caminaré y no me cansaré; correré, y no me fatigaré”.
Carmen Mayo de Klink