Andar en el Espíritu

A lo largo de la historia bíblica observamos que las personas que Dios llamó, mientras caminaron llenos del Espíritu Santo, vieron la manifestación de Dios (toma tu Biblia, y lee las siguientes historias).
- A Sansón lo vemos destruyendo un ejército con la quijada de un asno (Jueces 15:14-15).
- A David lo vemos venciendo a un gigante con 5 piedras y una onda (1 Samuel 17:46-50).
- A la iglesia apostólica de Hechos la vemos trastornando el mundo entero (Hechos 1:8; Hechos 4:30-31).
Pero, el día que se olvidaron del Espíritu Santo, perdieron su poder... y hasta cambiaron sus funciones…
- Sansón dejó de ser un libertador para ser un esclavo…
- David dejó de ser un rey justo para volverse un asesino…
- Aunque Sansón seguía siendo juez sobre Israel, y David seguía sentado en el trono, ambos perdieron el rumbo de sus vidas… se sintieron acongojados (sobre todo lo vemos en David, porque lo dejó escrito…)… perdieron su poder.
- Y ni hablar de los papelones que hizo la iglesia, a través de la historia, por querer caminar sin el Espíritu Santo.

La verdad es que no se puede señorear la tierra (lo que nos encargó el Señor cuando nos creó – Génesis 1:28) sin la llenura del Espíritu Santo, porque terminas siendo simplemente una “forma sin poder” (como decíamos en el devocional de ayer)... tenemos la forma de un ser viviente, pero no vivimos en plenitud.

Por lo tanto, ¡¡no podemos darnos el lujo de andar sin el Espíritu Santo!! Él es imprescindible para nuestras vidas…

Declaración del día:
“Hoy declaro que no puedo vivir sin el Espíritu Santo. Por eso hoy me determino a buscarlo cada día, a estar pendiente de Su voz, a seguir Sus instrucciones. Su aliento en mi es imprescindible. Lo deseo cada día más. Por Su presencia en mi vivo en plenitud… por Su poder haré maravillas”.

Acción del día:
1) Mantente todo el día en oración, pidiendo ser lleno del Espíritu Santo (ese es el énfasis de esta semana).

2) Si es posible, agrega a tu oración de hoy, el ayuno de algo… o sea, prívate de algo que sueles hacer para ocupar ese tiempo en oración (por ejemplo, si sueles ver televisión media hora, apaga el TV y decide tomar esos 30 minutos para orar… O, si quieres, toma el tiempo del almuerzo para orar…).

3) Sigue orando por la persona que vas a invitar este fin de semana a que visite la Iglesia. Quizá ya tengas un nombre… Pide que Dios te lo confirme… y prepárate para invitarlo. Si ya tienes un nombre, ora por esa persona… Declara que el Espíritu Santo lo rodea… Prohíbele al diablo que lo toque… Y pide a Dios que prepare el momento de la visita, o el llamado telefónico, para que tengas éxito en tu invitación.