CERRANDO LOS OIDOS A LA NECESIDAD

SEMANA 3 - DIA 19: 
Texto del día:
Rut 1: 1 “Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un hombre de Belén de Judá fue a vivir en los campos de Moab con su mujer y sus dos hijos”… 1: 20 “¡No me llamen Noemí, sino llámenme Mara; porque el todopoderoso me ha llenado de amargura!”.
Rut 2:8-10 “Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no te vayas ni recojas espigas en otro campo; te quedarás aquí junto a mis criadas. Mira bien el campo que sieguen y síguelas; pues he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados. Entonces ella bajando su rostro se postró en tierra…”

Enseñanza del día:
En esta historia podemos ver reflejada la vida de personas que prestaron su oído a la voz de la necesidad y buscaron prosperar en sus fuerzas, invirtiendo sus recursos y su vida en el lugar equivocado, y lo que consiguieron fue muerte, quejas, tristeza, aflicción y lloro.

La voluntad de Dios es darnos prosperidad integral… por eso la acusación y la queja de Noemí contra Dios (y que también puede ser la nuestra), era sin fundamento, porque Dios nunca les dijo que se fueran de Belén. El Reino sigue siendo el mejor lugar para invertir… (Mateo 6:20: “háganse tesoros en el cielo, donde ni la polilla, ni el moho destruyen, y donde ladrones no entran ni hurtan…”).

La figura de Booz en esta historia representa la voz apostólica direccional para nuestras vidas; y de este relato podemos aprender lo siguiente:

1) Oír lo que Dios está haciendo y hablando (Versículo 8: “Oye, hija mía”). No oigas la voz de la necesidad, del temor; escucha los consejos de Dios y así vivirás tranquilo, confiado y sin temor al mal.

2) Vive como hijo y no como esclavo (Vs. 8 “hija mía”; Galatas 4:7 “así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo”). Un esclavo no toma la iniciativa sino que obedece órdenes, no tiene herencia y vive sin propósito ni destino porque vive el día a día.

3) El Reino de Dios es el gran negocio para tu vida (Vs.8 “no te vayas, ni recojas espigas en otro campo; te quedarás aquí…”). Deja a un lado la prosperidad fácil de un juego a la fortuna, a la suerte; supersticiones para prosperar, apuestas, etc.; aprende el arte de sembrar en el reino de Dios y el poder de la dadivosidad.

4) Conoce los principios de la palabra por revelación y no por información (Vs.9 “mira bien el campo que sieguen y síguelas…”; Proverbios 3:9-10 “Honra a Jehová con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto”).

5) Hay una orden divina de que ni la ansiedad, ni el temor, ni el miedo, ni la duda, te molesten (Vs.9 “pues he mandado a los criados que no te molesten…”).

6) Hay una fuente de vitalidad y fuerza disponible para ti (Vs. 9 “Y cuando tengas sed, ve a las vasijas y bebe del agua que sacan los criados”). Cuando estés cansado/a y agotado/a bebe del agua que es Su palabra, Su presencia; Sus vasijas son sus apóstoles, maestros y profetas.

7) Permanece con un corazón humilde para poseer las riquezas y la abundancia que te avecinan (Vs.10 “Entonces ella bajando su rostro se postró en tierra…”. Deuteronomio 8:11-18 dice: “Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios…y digas en tu corazón: mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza; sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él es el que te da el poder para adquirir las riquezas…”).

Cuando retornamos a los principios de Dios, ese es un comienzo de la siega para nuestras vidas. Ofrendas, diezmos, primicias y siembras, así como caminar en santidad, guardar Su palabra, son el comienzo de la siega; y esto fue representado por la decisión de Noemí de volver a Belén. ¿Cuál es tu decisión? ¿Dónde eliges vivir? ¿En el “país” de la escasez, o en el Reino de Dios?

Declaración de fe:
“Hoy decido volverme a los principios de la Palabra, a caminar una vida de santidad, y renuncio a la búsqueda de la prosperidad fácil; porque encuentro el reino de Dios como el mejor lugar para desarrollarme, prosperar e invertir. Por eso abro mis oídos a la voz direccional de Dios y creo la palabra que dice: “Crean en Jehová su Dios, y estarán seguros, crean a sus profetas y seran prosperados” (2 Crónicas 20:20),

Acción del día:
1.- Haz la evaluación de cómo aplicaste hasta ahora los principios de prosperidad de Dios a tu vida; chequea tu nivel de dar en el Reino; chequea donde está tu corazón y desafíate a romper con los límites que le has puesto a Dios y a Su palabra para prosperarte.

2.- Hoy pactarás con una ofrenda representativa de esta intención que hable por ti; la colocarás en un sobre y le escribirás: “volviendo a los principios de prosperidad para mi vida”. Entrégala en la siguiente reunión donde te congregas.