El Espíritu Santo se presenta a lo largo de la historia para que tengamos poder para activar nuestro potencial divino (Hechos 1:8).
• Una de las manifestaciones visibles en las que vemos al Espíritu Santo revelarse en la biblia es a través del viento.
Hechos 2:2: "De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos".
Ezequiel 37:9: "Entonces el SEÑOR me dijo: «Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: “Esto ordena el SEÑOR omnipotente: ‘Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan.’ ”
Génesis 2:7: "Y Dios el SEÑOR formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente".
En los tres casos cuando el Espíritu Santo interviene como un viento recio, aquellos llenos de potencial, pasaron a ser gente llenos de poder para accionar su potencial.
• En Hechos 2:4 se nos revela que cuando estuvieron llenos del Espíritu Santo tuvieron poder para revelar a Jesucristo.
• En Ezequiel 37: 9 se nos muestra que a un ejército que solo consistía en huesos secos, el poder de Dios los unió y les puso carne; aunque tenían una buena apariencia no caminaban, ni tenían poder para pelear hasta que llego el Espíritu Santo, e hizo de un ejército muerto un ejército vivo.
• Génesis 2:7 nos revela que Adán tenia forma de hombre, pero cuando Dios sopló aliento de vida pasó a ser el hombre un ser viviente, fuerte, vibrante...
De esto aprendemos que: sin la llenura del espíritu santo podemos tener la forma, la apariencia de un ejército, estar todos en un mismo lugar reunidos como en Hechos 2, pero no tendremos poder para activar nuestro potencial divino.
Podemos ser un hombre, una mujer, de barro pero no un ser viviente.
Sin el Espíritu Santo, tu llamado, tus dones, tu matrimonio, sólo será forma de lo que podría llegar a ser.
Sin el Espíritu Santo somos solo “formas” sin poder.
Declaración de hoy:
“Hoy me niego a ser simplemente una ‘forma’ de ser viviente. Hoy declaro que el deseo de Dios de transformarme en un ser viviente, fuerte, vibrante, con propósito, con destino, se cumple en mí porque el Espíritu Santo vive en mi. Hoy declaro que Su Espíritu me llena por completo, y le da sentido y poder a mi vida”.
Acción del día:
1) Mantente en oración, pidiendo ser lleno del Espíritu Santo (ese es el énfasis de esta semana).
2) Pídele a Dios, tu Creador, que hoy te revele tu potencial. Y en cuanto te lo muestre, inmediatamente declara que eso deja de ser potencial, y se convierte en tu vida diaria a causa de ser lleno del Espíritu Santo.
3) Sigue orando por la persona que vas a invitar este fin de semana a que visite la Iglesia. Pide que Dios te revele con quien ya está trabajando Él, para que no gastes fuerzas en vano, y no te desanimes con aquellos que todavía no están siendo tocados por el Espíritu Santo.
4) Asegúrate de conseguir material evangelístico, o algo para regalar, que acompañe tu invitación del fin de semana.