CLAVES PARA EL ÉXITO

SEMANA 3 - DIA 18 
Texto del día:
Mateo 4:17 “desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: ¡Arrepiéntanse porque el reino de los cielos se ha acercado!”
Enseñanza del día:
Jesús nos dejó secretos para el éxito plasmados en Su estilo de vida que fue tan exitosa que, en tres años de ministerio, cambió la historia de la humanidad y estableció la “Iglesia”, que aún está vigente y lo estará eternamente.

Veamos cuáles son estas claves: 
1) Maximiza su tiempo: decide qué hacer con tu tiempo (según lo que Dios haya hablado a tu corazón) y vive los días con intensidad; el recurso más difícil de administrar es el tiempo, porque puedes decidir en qué emplearlo pero no puedes detenerlo o guardarlo; por lo tanto, hay que usarlo o lo pierdes. Jesús en tres años estableció su “negocio”, e invirtió los mejores años de su vida en su empresa.

2) Mantén un corazón sano: “No hagas tuyo el problema”, aprende de Jesús… la gente que Él sanó luego lo crucificó, sin embargo, expresó: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”; solo cuando se tiene el corazón sano se puede pasar por momentos difíciles y salir exitoso. Apártate de comentarios mal sanos, “las malas conversaciones, corrompen las buenas costumbres”; no rebajes tus palabras hablando mal, guarda su corazón.

3) Revaloriza tu vida: ten un alto concepto de ti mismo; no dejes que otros te pongan un cartel o rotulen tu vida; de Jesús dijeron: “¿No es este el hijo del carpintero?”, pero cuando Él se refería a sí mismo decía “Yo soy la luz del mundo”.

4) Haz un cuadro de prioridades y trabaja sobre ellas: Proverbios 21:5 dice: “Los planes del diligente ciertamente tienden a la abundancia…”. Jesús no se casó porque nunca se comprometió en lo que no era una prioridad para él. Hay cosas que te pueden detener si las realizas fuera de tiempo. La prioridad de Jesús era “hacer la voluntad del Padre y acabar su obra”. ¿Cuál es la tuya?

5) Busca que tu vida sea formada por mentores exitosos; busca mentores que tuvieron éxito y permanecieron, e invierte tiempo en ellos; no solo recibirás información sino formación. Todo gran árbol necesitó una rama para ayudarlo a canalizar y guiar todo el potencial de árbol joven; Jesús fue formado por Juan el Bautista, pero también decía “Yo hago lo que vi hacer a mi padre”.

6) Practica la dadivosidad. Recuerda: mejor es dar que recibir; tu dadivosidad será probada en acciones diarias de la vida… un favor, una sonrisa, la necesidad de las personas que te rodean… Cuando simplemente vives tu horario, no podrás ser generoso para aquellos que necesiten algo más… la vida misma probará su generosidad.

7) Cultiva tu vida espiritual. Jesús dijo “mis palabras son espíritu”; cultiva una vida sujeta a la palabra de Dios, porque primero es lo espiritual luego lo material. Recuerda: las ideas son espirituales, luego sigue la materialización de ellas; cerca de su boca ya está el milagro (Romanos 10:8), confiésalo y créelo.

8) Siembra en el reino de Dios. Dios es el pagador, por lo tanto no te defraudará. Él promete pagar al 30%, 60% y 100%; Jesús es tu fiador, tu garante y tu abogado. Si aplicamos cada una de estas enseñanzas a nuestras vidas en el ámbito personal, productivo, empresarial e institucional, habremos obtenido fundamentos sólidos para alcanzar el éxito.

Declaración de fe:
“Estoy listo para el éxito en cada área de mi vida; hoy me determino a aplicar cada una de estas claves; trabajar con ahínco sobre prioridades correctas; invertir en el reino de Dios, practicar la dadivosidad; dejarme formar por la palabra y mentores sabios; guardar mi corazón y cerrar mi oído a comentarios; porque mi vida es un árbol que produce frutos y es mi tiempo de cosecha.”

Acción del día:
1.- En base a estas claves, haz una revisión de tus metas para este año, a nivel personal, profesional, ministerial, discipular y familiar. Chequea si las prioridades que usaste fueron las correctas y si están bien enfocadas y definidas; si no lo están, busca ayuda y desarróllalas.

2.- Hoy será un día para hacer buen uso de tu tiempo; distribuye el tiempo del día para que, a partir de hoy, cada día puedas hacer tu devocional, compartir con tu familia, trabajar, desarrollar una idea, visitar a una persona nueva y llevarle la palabra a alguien.

3.- Comprométete con Dios a vivir tus días con intensidad y bien enfocados.