Textos del día.
1 Corintios 4:1-2 “Por tanto, que los hombres nos consideren como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que se requiere de los administradores es que cada uno sea hallado fiel.
1 Corintios 3:21-23 “¡Que nadie base su orgullo en el hombre! Al fin y al cabo, todo es de ustedes, ya sea… el universo, o la vida, o la muerte, o lo presente o lo por venir; todo es de ustedes, y ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios.”
Enseñanza del día:
La palabra nos enseña que todo es nuestro, incluyendo lo que vemos y lo que no vemos (1 Corintios 3:21-23); sin embargo, también nos aclara que nosotros pertenecemos al Señor, y por lo tanto todo pertenece a Él. Esto quiere decir que todo es nuestro en el sentido de la administración y todo es de Dios en el sentido de pertenencia. Ahora, todo lo que nos ha sido otorgado no es para, simplemente, derrocharlo o para ser opresores de otros seres humanos, sino que nos convierte en siervos o servidores y fue dado para el cumplimiento de la voluntad del Dueño. Ser un administrador de los bienes de Dios significa que se debe desarrollar la capacidad de descifrar los códigos divinos (1 Corintios 4:1) así como saber transmitir lo que se recibió por revelación y no volverse orgullosos por ello.
¿Cuáles son las características de un administrador?
1) Es un hombre y una mujer profundamente espiritual, porque se requiere ser un profeta visionario con discernimiento espiritual que llame a gente del mismo espíritu para gobernar.
2) Debe ser fiel a la voluntad del Dueño y sabio para saber manejar eficientemente los recursos que se colocan en sus manos.
3) Debe poseer capacidad de gobernar, la cual se expresa en la capacidad de trabajar con otros en equipo.
4) Debe ser un facilitador y hacer que quienes lo rodean vayan descubriendo sus dones y habilidades.
5) Para poder ser un excelente administrador de la multiforme gracia de Dios, debe ser una persona de absoluta responsabilidad y madurez a nivel personal, ministerial e institucional, y esto se demuestra en la responsabilidad al usar los dones que le fueron impartidos. Los hombres y mujeres que Dios va usar deben tener una adecuada capacidad de administración para ser más efectivos, certeros y eficaces en la labor encomendada. Todo administrador fiel y sabio será promocionado y usado para gobernar.
Declaración de fe:
“Entiendo que es vital madurar en el ámbito personal, ministerial e institucional para funcionar en la visión, y que esta visión requiere de la capacidad de administrar de acuerdo a la voluntad del Dueño de los recursos que me fueron dados. Enseñaré a otros a descubrir sus habilidades; seré un facilitador de la visión y trabajaré en equipo con otros para obtener los resultados esperados. Soy ese José, Daniel, Pablo… líder de este tiempo. Por eso mi destino es crecer, multiplicarme y gobernar.”
Acción del día:
1.- Analiza tu capacidad de administración basado en los conceptos aprendidos hoy; como por ejemplo, ¿Cómo está tu capacidad de trabajar en equipo con otros? ¿Tu liderazgo es creativo, vivo, motivador, amplio? o ¿se basa en el temor, la imposición y la manipulación? Bajo tu administración, ¿las personas de tu equipo se han desarrollado, ampliado y crecido? o ¿predomina el estancamiento, el desánimo y la improductividad? ¿Cuándo algo resulta como no esperaba, a quién responsabilizas?
Aquí alguno dirá: “pero, yo no soy líder”… y en eso tenemos que decir que ¡todos lideramos a alguien! Un padre a su hijo… un hermano mayor a un hermano menor… un jefe a su empleado… una ama de casa a su empleada… La vida siempre nos pone en posición de liderar a alguien que viene “detrás de mi” en algún aspecto de la vida…
2.- Trata de responder las preguntas anteriores en un papel aparte, con el que puedas seguir trabajando el tema… y así podrás conocer el nivel de madurez de tu administración.
3.- La cosecha espiritual es un nuevo nivel de administración; sigue trabajando en todo lo necesario para alcanzar la meta planteada: llama, anima, consolida a las personas que ganarás y a tu equipo de trabajo más inmediato.