Esta semana venimos tratando de entender que la persona del Espíritu Santo no es una opción para nuestras vidas… Es vital para vivir en plenitud… y aún es vital para revelar a Cristo. Por eso, a los efesios, Pablo les exhorta a que sean llenos del Espíritu Santo (Efesios 5:18). No se lo dice no como una sugerencia, sino como un mandato.
Ahora, lo interesante es que se lo dice a gente que…
• ya había sido salva por la gracia de Dios (Efesios 2:8-9)…
• ya habían sido sellados por el Espíritu Santo (Efesios 1:13)...
• ya habían sido posicionados en el cielo con Cristo (Efesios 2:6)…
• eran hechura de Dios (Efesios 2:10)…
• habían sido bendecidos con toda bendición espiritual, escogidos desde antes de la fundación del mundo, y predestinados para ser adoptados hijos de Dios por medio de Jesucristo (Efesios 1:3-5)…
O sea… si repasamos la lista de cosas que los efesios habían alcanzado en Cristo, uno diría que ya no le falta nada… Pero, a pesar de todas las cosas de esa lista, Pablo les exhorta a ser llenos del Espíritu Santo.
¡¡Cuánto más debemos preocuparnos nosotros por ser llenos del Espíritu!!
Declaración del día:
“Aunque ya soy salvo/a… aunque tengo un lugar asegurado en el cielo… aunque he sido grandemente bendecido/a… declaro que necesito imperiosamente ser lleno/a del Espíritu Santo. Mando a mi alma que no se duerma, que no se distraiga, que se mantenga atenta clamando día y noche por la llenura del Espíritu”.
Acción del día:
1) Que hoy, otra vez, tu foco sea ser lleno del Espíritu Santo (ese es el énfasis de esta semana).
2) Si puedes, vuelve a usar el tiempo que tenías para cosas como comer, mirar TV, escuchar música, etc., etc. (de aunque sea media hora) para orar. Eso se llama “ayuno”, tiempo en el cual te privas de hacer lo que te gusta, para estar a solas con Dios.
3) Sigue orando por la persona que vas a invitar este fin de semana a que visite la Iglesia. Si es posible, llámalo hoy mismo para invitarlo y arreglar cómo llegara hasta el templo. Si es necesario, ofrécete a buscarlo (de paso, romperás el hielo del temor que suele causar el ir a un lugar desconocido).