LA INTERCESIÓN NUESTRA ARMA DE GUERRA

SEMANA 4 - DIA 24: 
Texto del día:
Ester 4: “Luego que supo Mardoqueo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de ropa ásperas, se cubrió de ceniza, y se fue por la ciudad lanzando grandes gemidos, hasta llegar a la puerta real; pues no era lícito atravesar la puerta real con vestido de ropa áspera. En toda provincia y lugar donde el mandamiento del rey llegaba había entre los judíos gran luto…Las doncellas de Ester y sus eunucos fueron a decírselo. Entonces la reina sintió un gran dolor, y envió vestidos para que Mardoqueo se vistiera y se quitara la ropa áspera; pero él no lo aceptó…Salió, pues, Hatac a ver a Mardoqueo, a la plaza de la ciudad que estaba delante de la puerta real. Y Mardoqueo le comunicó todo lo que había acontecido… a fin de que la mostrara a Ester, se lo informara, y le encargara que fuera ante el rey a suplicarle y a interceder delante de él por su pueblo…Entonces Ester dijo que respondieran a Mardoqueo: ‘ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa; ayunen por mí y no coman ni beban por tres días y tres noches. También yo y mis doncellas ayunaremos; y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco que perezca…”

Enseñanza del día:
Sabiduría de parte nuestra es discernir los tiempos que estamos viviendo… lo que Dios está haciendo, los planes del enemigo y reconocer el paralelo que existe entre lo real y lo espiritual. Por eso la oración intercesora no es una opción más, sino un arma de guerra a nuestro favor; porque todo lo que vemos proviene de lo que no veíamos, y nuestra guerra no es contra hombres físicos, sino contra fuerzas de maldad, principados y potestades que dominan las mentes, las ciudades y trabajan para impedir el avance del reino de Dios. La oración desata el arsenal del cielo a nuestro favor en la batalla; en ella usamos de legalidad divina, decretamos y establecemos, conquistamos en lo espiritual y luego en lo natural. Smith Wigglesworth decía: “con oración todo, sin oración nada”. Hemos sido llamados a vivir una vida de intercesión.

Un intercesor: 
1) Es primeramente un siervo. Su corazón debe ser el de un siervo, porque todo lo que nace de un corazón de servicio genera buen fruto en el reino de Dios. Aunque la acción justa de un intercesor no sea reconocida por los hombres, será conocida por Dios. Mardoqueo, figura de un intercesor con corazón de siervo, antepuso al pueblo a si mismo; por eso no calló, sino que denunció a la maldad y la sacó a luz; solo un siervo puede hacer oraciones justas por otros sin intereses personales (Romanos 12:11-12).

2) Son hombres y mujeres de acción… son determinados en alcanzar las metas y el objetivo trazado; asumen los riesgos, sabiendo que la oración intercesora prepara el camino y desata el respaldo divino a sus acciones. Por eso Ester empleó el poder de la intercesión, activó el poder del acuerdo a través de las asociaciones y alianzas para desatar las respuestas (Ester 4:16; Mateo 18:19). Uno hace huir a mil y dos a diez mil; por eso debemos activar oración intercesora unida con nuestros líderes, miembros del grupo de crecimiento, etc., a favor de la cosecha espiritual, mantener activa la nube de intercesión, cubriendo las vidas, las familias; verlo, decretarlo, establecerlo, llamarlos, acercarnos a ellos, así veremos el respaldo divino.

3) Entienden el propósito para el cuál están. Ester comprendió que toda la promoción que había venido a su vida, de esclava a reina, era con el propósito de preservarle la vida a su pueblo. Así también sucedió con José en Génesis 45:7: “Dios me envió delante de ustedes para que puedan sobrevivir sobre la tierra, para darles vida por medio de gran liberación.”. Este propósito nos llevará al desarrollo de nuestro máximo potencial; nos entrenará de adentro hacia fuera, fortaleciendo nuestro mundo interior para usarnos en el momento justo, en el lugar correcto; así nos convertimos en un arma poderosa de guerra.

Si logramos vencer los temores, los fantasmas, los prejuicios, las tradiciones, la inconstancia, y nos mantenemos enfocados, nuestras oraciones darán al blanco. Somos instrumentos en las manos de Dios para traer gran liberación a esta tierra. Quizás, eres el único en tu familia que confiesa a Jesucristo, sin embargo eres un José, porque a través de ti toda tu casa verá gran liberación; eres la luz que no se puede apagar ni ocultar. ¡Sigue brillando! Pronto la oscuridad se disipará.

Declaración de fe:
“Hoy me paro en la brecha por la salvación de los miles a quienes las tinieblas les entenebreció el entendimiento para que la luz del evangelio no les resplandeciera; será tan fuerte la luz que brille que ninguna oscuridad la podrá detener; mis oraciones son esos rayos de luz que disipan la oscuridad. Hoy declaro que viene ¡nueva vida! De los huesos secos se levanta un gran ejercito.”

Acción del día:
1.- Hoy escribirás varios papeles con palabras proféticas de tiempos nuevos de restauración y salvación (por ejemplo: “el tiempo que viene es tres veces mejor que lo que ya vivimos”, o “se termina el tiempo de maldad, viene la restauración de la paz”, etc., etc.), y los dejará en lugares claves donde otras personas lo puedan encontrar (el escritorio de tu compañero de trabajo… el parabrisas de algún auto… frases en tu muro de Facebook…. Etc.).

2.- Haz una oración de reclamo; activa la autoridad en la oración; visualízate quitándole un velo de los ojos a las personas por las cuales oras.