Dios planeó tu libertad (salida de Egipto), pero el desierto de Sin nos muestra que quizás, tal como le sucedió al pueblo de Israel en ese lugar, no la puedas disfrutar… no puedas ver la tierra prometida… te sientas estancado sin poder seguir adelante, y te encuentres murmurando y declarando que lo que hoy tienes es suficiente para ti… e incluso deseando cosas de tu vieja vida (“allá estábamos mejor”, decía el pueblo).
Pero también en este desierto Dios da respuestas, da instrucciones y estrategias para seguir adelante en el proceso de caminar hacia la tierra prometida.
Repasemos juntos lo visto esta semana, y recíbelo como instrucción y estrategia de parte de nuestro Señor.
Primeramente comenzamos declarando libertad, entendiendo que aún luego de haber recibido la libertad de Jesús al recibirlo en nuestro corazón, debemos continuar ocupados en cortar toda atadura que amarra nuestra vida y que nos impide seguir adelante.
Ser plenamente libre es un proceso que incluye atravesar obstáculos (mar rojo) y pasar por escases (agua, comida). Pero no te preocupes… Dios está contigo. El abre el mar… El endulza el agua… El hace llover pan del cielo.
Fortalece tu FE, créele a Dios, anímate a declarar lo que es sin haberlo visto aun… así es como funciona el reino de los cielos aquí en la tierra. Vive un estilo de Fe, cambia tu forma de hablar, no murmures, enfócate en el medio vaso lleno (no en el medio vaso vacio) y declara que Dios llenará ese vaso por completo. Recuerda que Dios es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos SEGÚN EL PODER QUE ACTÚA EN NOSOTROS (Ef.3:20).
¿Quçe deportista de elite compite en su disciplina sin alimentarse planificadamente?
Alimentar tu espíritu NO puede ser algo ausente en tu agenda… no puedes dejarlo sólo para cuando “tengas” tiempo. ¿Cómo crees que te irá en tu carrera si hoy sales a correrla?
Se cuidadoso con lo que comes, con lo que haces; no todo lo que está a tu alcance es nutritivo para tu espíritu.
1°Corintios 10:23: “Algunos de ustedes dicen ‘yo soy libre de hacer lo que quiera’. Claro que sí. Pero no todo lo que uno quiere, conviene o fortalece la vida cristiana” (TLA).
Levanta tu mirada… la tierra prometida, las promesas de Dios, están por delante no te conformes con el maná de hoy, dedica tiempo en buscar a Jesús, nuestro pan de vida. Conoce más de Él, invierte tiempo en tu relación con El. Aliméntate diariamente de la palabra, planifica el desarrollo de las habilidades y dones que Dios puso en ti. Conviértete en el hijo fiel y productivo que tu papá Dios pensó cuando te creó.
El desierto de Sin te prepara para una vida provista y en dependencia absoluta de Dios, ora a Dios declarando y aceptando tu absoluta dependencia de EL.
Rodrigo Ageitos