Si guardares mi pacto... (Éxodo 19:5 y 6)

Décimo desierto - Día Tres: 
Dios revela Su plan y destino para Israel:
“Ahora, pues, si dan oído a mi voz, y guardaren mi pacto, ustedes serán mi especial tesoro sobre todos los pueblos;
porque mía es toda la tierra. Y ustedes me serán un reino de sacerdotes, y gente santa. Éstas son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (Reina Valera 60).

• “Si ahora ustedes me son del todo obedientes, y cumplen mi pacto” (dice la Nueva Versión Internacional).

• “Si ustedes obedecen mi pacto y cumplen con la parte que les toca, serán mi pueblo preferido entre todos los pueblos de la tierra. Toda la tierra me pertenece” (Traducción en lenguaje actual).

• "Ahora pues, si en verdad escuchan mi voz y guardan mi pacto, serán mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra” (Biblia de las Américas).

• “Si dieren oído a mi voz, y guardaren mi pacto”… Dios pronto haría un pacto formal con Israel en el Monte Sinaí. Pero antes de que Él lo hiciera, Él revelaría lo que Él quería hacer por un Israel obediente.

La palabra “Pacto” y su significado: "Berit" (en hebreo) significa “pacto, alianza, confederación, testamento, convenio, acuerdo”… fue ratificado formalmente en el Sinaí cuando Israel como nación prometió cumplir las demandas divinas y aceptar las promesas (Ex. 19:5-8).

Al analizar las palabras sobre “pacto” en diferentes versiones bíblicas, nos permite observar el carácter de nuestro amado Dios. Este pacto está compuesto por dos partes: la del hombre, en la que tienen lugar diferentes acciones, solícitas, personales… acciones que nos permiten utilizar lo que Dios nos regaló al momento de crearnos. Aquí entra en juego el libre albedrío, o sea, acceder a un pacto con el Creador es una decisión personal… es una decisión de asumir los costos de seguirle cada día, hacerlo nuestro Señor, encontrarnos con Él en la intimidad, buscar Su santidad, seguir aunque nuestras fuerzas no den más, seguir aunque lo que veamos no es lo que deseamos, dejar que Él tome el control de nuestras vidas, permitirle que nos aliñe a su propósito… Si así lo hacemos, Él nos dará todas las cosas en Su tiempo.

Antes de que Dios llamara a Israel para guardar Su ley, Él les ordenó que “guardaren mi pacto”. El pacto era más grande que la ley misma. El pacto que Dios hizo con Israel involucraba a la ley, sacrificio y la elección de obedecer para ser bendecido, o desobedecer y ser maldecido.

• “Ustedes serán mi especial tesoro”: la otra parte de este pacto tiene a un Dios destinado a que Israel sea un tesoro especial… y, a través del nuevo Pacto de Jesús en la cruz, podamos ser alcanzados todos, teniendo entrada para con el Padre. Hebreos 9:15 dice: "Y por eso El es el mediador de un nuevo pacto, a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna".

• “Ustedes me seran un reino de sacerdotes y gente santa”: Dios tenía destinado a Israel ser un reino de sacerdotes, y a través de Jesucristo todas las naciones, donde cada creyente podría venir ante Dios, y como grupo ellos representaban a Dios ante todas las naciones.

El apóstol Pedro nos recuerda que somos real sacerdocio (1 Pedro 2:9), aquellos que sirven a Dios como reyes y sacerdotes (“Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable”). El propósito de Dios para Israel era que fueran gente santa, una nación y pueblo apartado del resto del mundo, la posesión particular de Dios, aptos para Sus propósitos. Esto tiene un proceso que Dios tiene que llevar a cabo en nuestros corazones… es en este desierto en donde comprendemos la disciplina que Dios establece para llegar a la madurez, para que lleguemos a ser lo que Él soñó como nuestro Padre Eterno.

Reflexionemos en esto: si estando en este desierto tomamos la decisión de continuar, de no abandonar, de asumir los costos del pacto, es aquí en donde, en más de una oportunidad, vamos a flaquear mientras somos disciplinados, para que nuestro Dios forme en nosotros la imagen de Cristo.

A diferencia de Nuestro Padre, el diablo y sus huestes se toman todo el tiempo y todos los esfuerzos para terminar con este proceso. Es invasivo, irrespetuoso… como dice la escritura en 1 Pedro 5:8-9: “Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos”. Nuestro enemigo intenta una y otra vez frenar, destruir, transgredir, derrotar lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas.

Oremos juntos...
“Padre Amado, danos hoy el pan de este día para poder estar fuertes y firmes en contra de las asechanzas del diablo, y en el nombre de Jesús resistir sus ataques. Te entrego el control de mi vida… renuevo el pacto contigo a través de Tu hijo Jesús, tomando la decisión de seguirte cada día, llevando mi cruz y entregándote mi carácter, mis ansiedades, mis cargas, sujetando todo aquello que se levanta en contra de Tu conocimiento, atando todo espíritu contrario a Tu presencia, y permitiendo que la obra del Espíritu Santo sea hecha en mi corazón y en mi espíritu, avivándolo para así poder reflejar tu gloria. Amén”.

Les regalo otra canción que me ayudó mucho en tiempos de búsqueda y de afianzamiento del pacto.

Marcos Brunet- Estoy Buscando